Le quise, sí
le amé, también
el negro aclara mi tono de piel
mis zapatillas negras de tacón de aguja
el chal, negro haciendo juego
las cenizas las tiré al mar
se esparcen sobre las olas
su muerte, no
la mía, sí
la heladez se había tardado
los funerales tendrán villancicos
el sol me duele en la piel
ha quemado mis retinas
adaptarse lleva más que una pistola.
La muerta de la puerta de bronce 17
es un vegetal dirán los vecinos, por la mañana
es un fantasma que cuenta estrellas, por la noche
Escucha mi voz en la próxima reencarnación
la encontrarás entre la música de los árboles
en la primavera que muere por mayo
porque este invierno ya feneció...
Flor González
18/12/07 las incoherencias de los fármacos
No hay comentarios:
Publicar un comentario