viernes, 16 de octubre de 2009

Desierto

No hay desierto esta vez,
la arena cae en destellos luminosos
de mis manos a mis pies.

Mi pasado ennoblece en el valle
entre coronas y tumbas
cerca de las maravillas del Cairo.

Renazco del sol y me inmortalizo en las dunas.

Florezco a las orillas del Nilo y vivo en sus diques.

Aspiro el calor de la mañana
abro la ventana
y ahi estás...
comprando naranjas.

Flor González. Aun sin ti, te tengo conmigo.

A vos

En las aguas del Nilo beberé tu amor
quemaré tu barca
y con un suave aliento
soplaré las cenizas al viento.

En la arena del desierto besaré tu piel
arderé entre tus brazos
y sanaré tus heridas en guerra
con la pasión de un nuevo mundo.

Flor Glez