jueves, 15 de noviembre de 2007

Una decada no nos separa... nos reúne.

Las ramas de las golondrinas
anidan en las ciénagas escondidas
entre la selva y el bosque,
alguna vez decides cual senda tomar...
yo elijo la que me haga vivir
aunque con ello implique morir.
Caminar al borde de lo establecido
tiene más perversidad que lo mío,
¿Cuántos soles habrán de nacer
para que uno pueda hablar con libertad?
Hoy ante mi pigmentación encendida
has visto de lado obtuso,
la llaga abierta de mi alma,
el aroma de los amores difuminados en la piel,
la ceniza que se reinventa cada amanecer,
quien se enamora del aire,
quien se pierde en los brazos de la nada.
No, es algo que no puedo hacer,
subir al cuadrilátero por última vez
Tú representas el vértice
del amor extraviado del ayer
y la incertidumbre de la magia...
sin pasión seré una mujer sin venas,
un maniquí en el aparador.
Lamento no corresponder a tu venia,
o me tomas con el riesgo que conlleva,
o te conformas con el café de dos palabras.
No quieras conocerme sin pretender
que la luna caiga fracturada en tu cabeza,
tienes que considerar que cosechar estrellas
en el Ministerio de las Flores,
lleva un desafío y con ello, una sanción.
Yo voy pagando el precio de lo que soy
en cada minuto de soledad que bebo,
en mi ausencia voluntaria de círculos sociales,
en mi religión que llevo en los ojos,
en el mudo aullido de mi corazón desvalido.
Uno se involucra con el universo
va tornando las emociones en latidos,
las palabras en pensamientos letales,
las acciones en disparos a quema ropa,
y las pasiones se controlan
sólo en las dimensiones donde vas de paso.
No soy una marea a contra corriente
soy una simple partícula de tres cuartos
de agua de nuestro habitad,
Hace mucho que dejé de luchar por amor,
no busco cambiar a las personas,
ahora sólo aspiro a comprenderlas,
Mis deseos se han hecho más sencillos
al andar por las avenidas de los años,
hoy sólo quiero enamorarme perdidamente,
sin tregua por la ausencia de batalla,
no quiero más amigos, con los que tengo me sobra,
ni miradas que intenten diagnosticar males incurables.
Me gusta el dolor que llevo dentro,
mis lágrimas ante una puesta de sol,
mi risa al tropezar con el pasto húmedo,
mi sorpresa materna en la evolución de mi especie.
Sé que es difícil entender la simpleza,
¿pero, no crees que ya es tiempo de hablar con claridad?
Yo me alimento de sueños,
sueños que se enlazan uno tras de otro,
como las mantas infinitas de las ancianas por morir,
desayuno música coronada con cereal,
y tejo letras, palabras, frases, amores, discursos y pasiones.
La moraleja de mi vida
aun no se ha escrito,
esa va quedando en cada corazón
que coincide con el mío,
asumo mi responsabilidad en los actos,
y pago fielmente mis impuestos y sanciones,
porque con ello transpiro mi existencia,
porque con ello puedo decirte de frente,
que las únicas flechas que valen la pena
son las que envenenan el alma.


Flor González 14/11/07 ante la prisa de una invitación a almorzar.
Pero, ¿Estás dispuesto a correr el riesgo de enamorarte de mis palabras en tu proceso de ejercitarte? ¿Estás consciente ha dónde nos puede llevar ello?

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