martes, 13 de noviembre de 2007

Entrás y te quedás

Entrás a mi vida,
viento del norte,
jugando con los cabellos
lacios y castaños,
llenás de dulces sensaciones
el aburrido corazón
que duerme siesta en la nebulosa de Oriente.
Viajás en blosones
encapsulados en su mente
aquellos donde ladra
la excitada conciencia,
allá donde las feromonas
se confunden con el polvo,
añil de caricias rotas,
barcazas escondidas...
Te despedís,
última aurora de otoño,
en el brillo verdoso de sus ojos,
en el paso vetado
de su índice,
por mi incipiente piel de bromelia,
por el tallo que construye
a la sombra de los árboles,
en la tortura de un beso
que se marchita en los labios...
Anticipás el invierno,
en espasmódicos deshielos,
en la mirada que toca mejillas,
en los susurros que encienden la piel,
en las promesas no dadas,
en el mudo celular,
en la desteñida melancolía
de extrañarte sin saber porqué.


Flor González

13/11/07 Me encantan los martes trece.

No hay comentarios: