miércoles, 17 de octubre de 2007

Flecha imperceptible, disparame... justo aquí... ante la mirada omnipresente... en el pecho.

Contigo es diferente
porque tú sabes
que esta flecha te pertence.
La admiración que descubro en las partículas
dispersas en susurros
por el paisaje de la vida
me hace enamorarme de ti.
Yo, que mis puentes
se construyen y reconstruyen
entre la línea tenue
del amor y la admiración.
Me pierdo
en el círculo infinito,
gris plomo,
de tu profunda mirada.
O en las almendras
imposibles de alcanzar
desde la caricia última
de la punta de tus dedos
en mi siniestro anular.
A mi, me pasa la húmeda
emoción de un beso ausente,
la timida tristeza
sofocada en la garganta
el regalo de unas lágrimas
en lazos de dejavú.
Por que parece que el destino
me juega una mala pasada
cuando vos te acercás
Porque hay leyes más fuertes
que las de los hombres
que abren hoyos blancos,
imperceptibles,
donde caes
ajeno a tu voluntad.
Y me encuentro...
disparando flechas...
a diestra y siniestra...
por si algún día,
te levantás y parás una.
Una sóla es suficiente
deja que fluya el veneno de mis besos
deja que caminen los abrazos
deja que corra la melodía
en tus jardines,...
tal vez...
algún día...
entres a mi vida...
y tomemos más que un café.


Flor Glez P.

17 Oct 07 Cuando la brisa de tu ventana, me arropó de cientos de efímeros besos y los cabellos recibieron el mensaje de las enramadas hojas de tu jardín. Viento de lluvia. Canto de mar.

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