martes, 23 de octubre de 2007

El amor después del amor

Con todo mi amor para ti, con la intención que erradiques el perfume del dolor lejos de tu cristalina alma y te entegres sin reservas al nuevo aroma de la vida.


La luz interna
guía mis pasos
en la oscucridad,
la misma
que te acompaña
en la madrugada
después de una batalla.
Puedo sentir
los rayos infinitos
brotar de mis palmas.
Tu sonrisa
extraviada en el fondo
de un caracol.
La mañana persite
sin jinetes malversos,
es la tregua
en la montaña
sacudida por la lluvia.
Galatos vive
en las moleculas
dispersas de Dalí.
Si tuve
un corazón de hombre
fue para sobrevivir
en un mundo hostil,
a veces
hay que engañar
a la oscuridad,
pelearle en sus propias armas,
esconder bombas
que le simbren
su infierno,
que le exploten en las manos,
y aun así,
será temporal.
El combate es aquí
pero la gloria
es allá.




Flor Glez Pavón

22 oct 07 Antes de ir por la Princesa Tibetana...

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