jueves, 18 de octubre de 2007

Expulsando toxinas y encendiendo velas


Empecé el día apachurrada, fui a casa de mi madre para encontrar consuelo y resultó que fuí a escucharla. Le hacía más falta que a mí. La angustia que yo traía instalada en el pecho era inexplicable, no me pertenecía.

A veces me pregunto si mi cuerpo no es un portal, un canal, donde la naturaleza expulsa sus sinsabores. El universo es un lenguaje matemático que nosotros traducimos verbalmente para poder comprenderlo. Adoro los días que no soy instrumento de las tristezas de la humanidad, porque prefiero aquellos días donde mis acciones favorecen más a mi alrededor. Aquellos donde siembro una semilla de buena voluntad.
Esta constituida operatividad en mi vida ha venido consolidándose, luchando en la guerra de lo bueno y malo de las tormentas, de lo agrio y dulce de las limonadas, de lo simple y amargo de los tés.
Me cuestionan sobre el amor y se cree que soy yo quien no abre la puerta.
Confieso al mar del ciberespacio, en voz alta, que es el amor quien huye de mí, cuando de pareja se trata.
Los hombres que han tocado la puerta, sólo pretenden sentarse en la sala, si acaso visitar mi cuerpo sin visa ni pasaporte, más no he reconocido en la mirada la intención de quedarse, ni siquiera con la presunción de conocer cada recoveco de mi alma.
Se asoman por la ventana, se escudan en lo que quieren ver y es terrible reconocer, si acaso me llegan a descubrir paseando por el jardín, o en la amable invitación a entrar a cultivar conmigo el jardín, nunca tienen tiempo, tienen pendientes que solucionar, tal vez un día de estos... y no regresan.
Es curioso, que al encontrarse en situaciones críticas q quien acuden es a mí. Sí, es triste reconocer, pero sólo ven en mi a la amiga incondicional, fiel y leal, y valoran mis atributos pero creen que busco la perfección.
No, no soy perfecta y estoy muy lejos de pretender serlo. Lo único que soy, es fiel a mis convicciones e intento ser coherente con ello, llevarlas conmigo a donde voy. Ahora mismo, escribo mis pensamientos al blogg, porque es mi sustituto de la boca de caracol, quien de pequeña guardaba mis secretos, mis angustias, mis molestias.
Hoy, me enteré que alguien a quien quise hace mucho tiempo, ya tiene pareja, y me colapsé. Primero pensé que era un otro amor perdido, anulado de mi vida, otro con candado. Pero al paso de la tarde coincido con los árboles, es parte de la vida, él requería una pareja y esa no era yo. Sé que de haber dado el salto, nos hubieramos estrellado en el abismo. Y yo, la primera en retirarse. Lo sé, me conozco. Luego, me dio envidia, porque todos tienen un hogar, una pareja, una familia, y yo... pasa el tiempo y nada.
Ya llegará, en este momento lo siento lejano, pero le pido a Dios con mucha fuerza que me mande pronto el apapacho del amor, la sonrisa de la complicidad, las manos entrelazadas del apoyo mutuo. Estoy lista.

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