sábado, 5 de enero de 2008

Qué fácil

Qué fácil les resulta a algunas personas decirte lo que esta bien o no de tu vida, o lo que debes o no hacer con ella. O te juzgan sin más, sin estar dentro de tus pensamientos para saber con certeza tus intenciones sobre algo.
Y es cuando empiezo a marcar mis limites para con las personas que sin que yo quiera saber su opinión, les comento algo que es agradable en algún momento de mi vida, y me salen con un -ya vas de nuevo.
Sé cuando estoy equivocando mis pasos, agradezco la oportuna reacción de las personas que dicen ayudarme por el cariño que sienten por mi, pero no es lo que yo quiero. A veces lo único que deseo es que me escuchen y se rían conmigo de mis errores o me consuelen.
En un mundo donde la mentira reina, me pregunto que hago yo hablando con sinceridad, ya hasta da miedo sonreír a la gente, porque malinterpretan mi forma de ser.
Me pregunto quien les da título de jueces a aquellas mujeres que por tener un hombre en sus vidas (en este momento que yo carezco de uno) a hablarme de como llevo yo mi vida, o por una platica de una sólo anécdota de mi vida, se atrevan a tener la información suficiente para decir que hago bien o mal de mi vida, o de repente me hagan sentir como una -desesperada-.
Y es cuando vuelvo a encerrarme en mi caracol, siguiendo mis instintos, sin comentarios, sin externar mis sueños que para muchos son imposibles y evito, de esa forma, ver su expresión de -pobre soñadora-. O que me vean con lástima por no tener una pareja.
No sé, tal vez hablo por el coraje que me está creando una persona cercana a mí, quien por fin, después de muchos años de soltería tiene novio, cosa que mi vida ha sido por mucho muy diferente a la de ella, incluso en el amoroso; y se está creyendo con ánimo de juzgar a la primera que menciono el nombre de un hombre, ya me está hartando.
Lo único que puedo decir es que veo muy pronto su partida.
Las personas no nos pertenecen, y yo me despido de ellas desde que llegan a mi vida.

Como dice Ceratti: Decir adiós no es soberbia, es crecer.

aunque haya personas a las que quisiera que se quedaran para siempre. Ni modo. Así es la vida.

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