viernes, 11 de enero de 2008

Alas de poeta

Te dejé partir
de la misma forma que llegaste
callado
de puntillas
deslizándote en el pasto
descalzo
con alas de poeta.
Detuve un momento
el arruyo del viento
el movimiento de las hojas
las gotas de lluvia
la discusión del mar con las olas;
y pude ver
la gran colisión
de la falla orográfica en tu pecho,
caído, un puente colgante,
las líanas de las coníferas
derruidas por el tiempo...
Te vi
y no pude evitar adorarte
como un ídolo roto
en el templo maldito
donde acuden a beber agua
las almas que huyen del aroma de las flores.
Entre sigilos
tomaste lo necesario
cuidando no dañar mi imagen
y partiste,
dejando un beso blanco
entre las faldas inmóviles
de mi atril.


Flor González

11/1/8 Cumpliendo mi destino

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