
Es un sueño recurrente. Bueno, más bien dos. Dos sueños recurrentes.
El primero es una gran oreja.
Limpia, suave, blanca, no roja y sin pelos.
Veo mis labios enormes. Labios húmedos, ansiosos y sonrosados acercándose a la oreja.
A veces beso por intervalos cortos el cuello de esa oreja o muerdo tímidamente la punta inferior, el lóbulo. Escucho como mis labios confiesan, secretamente, al oído: te amo...
El segundo son dos pares de labios que no pueden apartarse.
se buscan
se ansían
se necesitan
se unen
se deshacen
El día que restablece lo de ayer. Besos de ensueño.
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