martes, 29 de mayo de 2007

Yo me lo pierdo!

Besitos dominicales
Gracias
¿Cómo estás?
Estoy molesta y decepcionada de ti
Ni modo... ¿Qué puedo hacer?
Eres cínico o qué? No sé con que tipo de mujeres has tratado pero no estoy sujeta a tu sólo interés. Haz de cuenta que soy tu tercer divorcio, que acabaste en muy poco tiempo el mejor matrimonio que has podido tener en tu vida y soy la ex mujer que no quiere saber nada de ti.
Tú te lo pierdes, si vas a estar con tus caprichos es mejor así. Yo no le ruego a nadie.
Creo que el caprichoso eres tú. Exijo respeto puesto que siempre te lo he dado. Te recomiendo que hagas una reflexión de tu actuar en los últimos meses y después, entonces, emitas un juicio. Por mi parte, estoy satisfecha. Me pediste una oportunidad y yo te la di, no la supiste aprovechar, eso es algo que no puedo hacer por ti. Siempre te voy a desear lo mejor.
Cómo gustes... te repito que yo no le ruego a nadie. Igual te deseo suerte.
Esta historia se repite una y otra vez en mi mente, ¿quién tiene la razón? Los dos, por supuesto, en sus propias circunstancias plantean su perspectiva sin conocer lo que ocurre del otro lado del contexto del interlocutor. Pero, ¿quién mide el tiempo que es tan relativo de persona a persona, de lugar a lugar, de situación a situación? Decimos que a las mujeres se nos va el tiempo rapidísimo, sí, cuando de amor se trata, lo mismo que a los hombres (no se hagan). Cuando hay un interés de por medio, estamos pendiente de su paso, pero cuando hay indiferencia, ni nos percatamos de su existencia. Dicen que las mujeres son impuntuales, yo soy puntual; que se pueden pasar horas en el salón de belleza, sí, pero me preparo psicológicamente y organizo mi día para ello por que no tolero dejar pendientes o cuando se me sobreponen las actividades, soy yo quien se estresa, por que me gusta que las cosas salgan bien.
Ignoró si por ser tauro planeo mis cosas con mucho tiempo de anticipación (al menos eso dice el horóscopo) pero definitivamente, me encanta ser así, por que de esa manera puedo preveer cambios inesperados, dificultades en el proceso, diseñar posibles soluciones, y, finalmente, saborear los beneficios de los resultados.
Sé vivir sola, sé lo que quiero y cómo lo quiero. El quién, el cuándo y el dónde, es lo que espera respuesta. No depende de mí. También he aprendido a aceptar las cosas que están fuera de mi control.
Una mujer como tú, como yo, del siglo XXI, no tiene miedo de amar sino de el tiempo: de no encontrar a esa pareja para disfrutar la vida, sino hasta la muerte por lo menos intentarlo, estamos abiertas a ello. Sin embargo, mientras llega no nos sentamos a lamentarnos. Buscamos miles de actividades para pasarla bien, sana y positivamente.
YO ME LO PIERDO, caro amigo, me pierdo que pasen dos meses y no me visites. Me pierdo que estés enfermo y no me incluyas en tus visitas al médico, los horarios de los medicamentos, que te alimentes bien, mi preocupación por ti. Me pierdo que no me incluyas en tus problemas, en tus acontecimientos diarios, en tu familia, en tus buenas y malas noticias. Me pierdo que no me llames. Me pierdo las inexistentes flores, idas al cine, paseos por la playa, las pláticas de sobremesa, tus corajes, tu arrogancia, tus promesas incumplidas, tu distracción, tu tengomuchotrabajo, tu yoyo, tu luegopaso, tu felicitación en mi cumpleaños, tu ausencia silenciosa, prejuiciosa y abrupta.
Lo que me pierdo: mi latido acelerado. Las mariposas en el estómago. Tu mirada de miel. Pensar en ti. Hacer castillos en el aire. Imaginar lo que nunca ocurrirá entre tu y yo.
Besos,
Leonora.


No hay comentarios: