domingo, 30 de marzo de 2008

Supongo que la luna debe ser avisada...

Mi piel de nácar,
dulce morocha,
nacida de un rayo de luna.


Se va de a poco
en cada noche,
aun en su propia luz.
Mañana invocaré a los dioses
el regalo de tus labios,
el amanecer de tu aliento.
Vuela el último beso de marzo
y se deposita en ti,
toca tu alma, entreabierta.
Baila con la sombra del abrazo
vestida de tu sonrisa
sobre la cama.
Hará falta un rayo de plata
un az de sus cabellos
para que me ames...
Supongo, entonces,
que la luna
debe ser avisada...

30/marzo/08 Volverse más humano hace que te alejes de tu humanidad, y seas más consciente de la humanidad.

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