viernes, 14 de marzo de 2008

Halando el lóbulo de mi oreja

Cuando me mirás a los ojos
la lluvia interior
finaliza...

Cuando pasas tus dedos suaves
por mis mejillas,
apenas rozando el mentón,
halando el lóbulo de mi oreja,
me propicias un canto
inolvidable...

Cuando intentás olvidarme
y el destino se empeña
en juntarnos,
me causa extrañeza...
de tu parte...

Cuando los besos llevan muerte
y no pueden darse
los labios enmojecen...
enmudecen...
se muerden.

Cuando un mar de caricias
es más necesario
en tus horas grises,
allí estoy,
procurándote el amor.

Flor González

14/03/08 Inspirada por tu depresión, por tu amor aunque no me lo demuestres. Porque algún día aceptes que soy tu oasis de felicidad.

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