Las muchas veces que posé mis dedos en el teclado
para contar mis pequeñas historias.
Los días y las noches que dedicaba al blog-
La posibilidad de ser leída y contada por ti.
Extrañaba
la sonrisa de Nina,
mis ladrillos bajo el pie
mi propia mesa redonda, transparente y ahumada.
Tu silencio.
Y no me extraña
que sigas sin contestar mis mensajes
que envío a través del alma.
29/sep/07 Regresando de UCR a mi hogar, con la convicción, de subir info por lo menos una vez a la semana. Prometido.
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