domingo, 1 de diciembre de 2013

3 SEGUNDOS

Por un segundo
olvidé quién eras.
Tu sencilla voz
y la breve barba.
Me miraste.
Bajo esas largas pestañas,
negras y espesas.
Pude sentir tus viejos temores...
tu añeja fragancia
y la infancia se volcó ante mí.
Por otro segundo
olvidé quién soy.
Bajé la conciencia
y te reconocí.
El calor de tu alma
derritió el muro glacial
quise pegarme a tu sonrisa
atrapar tu aliento dulce
enredarme en tu hombro...
Más un segundo...
volteaste,
en dirección a las voces,
y te perdí.

Pd. La próxima vez prometo rozar tu rodilla...

No hay comentarios: