martes, 20 de abril de 2010

En candado la barba

Vos, sos el consuelo de mi alma atormentada,
la tibia caricia desde un portaretrato.
Vos, que guarda los besos encendidos
bajo el candado de la barba centroamericana.
Vos, cuyos ojos me inclinan la dicha fría
en mañanas soldadas al vigor de las rocallozas.
Vos, que empujas el tintero tras pensamientos
de tardes corolas presionando abriles
Vos, sos la voz de mi amargo corazón
en la belleza Tica de mis dulces recuerdos.

Por ti

he descubierto que soy una vagabunda
que mi casa es el mundo
que mi techo es el cielo
y mi luz, la estrella rumeante del norte.

flor

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