No hay desierto esta vez,
la arena cae en destellos luminosos
de mis manos a mis pies.
Mi pasado ennoblece en el valle
entre coronas y tumbas
cerca de las maravillas del Cairo.
Renazco del sol y me inmortalizo en las dunas.
Florezco a las orillas del Nilo y vivo en sus diques.
Aspiro el calor de la mañana
abro la ventana
y ahi estás...
comprando naranjas.
Flor González. Aun sin ti, te tengo conmigo.
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